Reflexiones ante el umbral del 2011

Por Marcelo Vázquez Ávila El primer mes del año es enero. El nombre procede de Januarius, palabra latina que significa: de Jano (de januarius, se deriva January en inglés). Jano o Janus es el dios romano de las dos caras, que alude a la doble visión simultánea que integra pasado y futuro en el presente. Jano, entonces, es el dios de la puerta o mejor dicho, del umbral. Justo antes de cerrar la antigua puerta y antes de disponerse a abrir la nueva, se echa una mirada atrás para reconocer la experiencia acumulada. De ahí la típica recomendación de re-orientarse en enero a través de propósitos: qué conviene hacer ahora; y correcciones de rumbo: qué conviene retomar o de plano, desechar. Jano, sin embargo, no carecía de espíritu dionisíaco o pícaro, así que en el umbral, echaba también un vistazo a las omisiones, las que invitan a formular los despropósitos de Año Nuevo. Es decir, no a redactar una lista de qué se debe o qué se puede hacer, sino apuntar qué se quiere o antoja hacer qu...