La Libertad de elegir (2a parte)
por Marcelo Vázquez Avila Poder elegir no complacer Es bien sabido que los seres humanos dependemos los unos de los otros desde que nacemos, de manera que aprendemos desde muy pequeños la necesidad de establecer lazos afectivos estables con los que nos rodean. También pronto empezamos a comprender que estas relaciones suelen ser bidireccionales, de manera que constituyen algo así como un intercambio de favores en que ambos implicados reciben a la vez que dan. Es en este juego relacional en el que se crean dinámicas que a menudo se repiten, de manera que el papel de las expectativas se hace cada vez más relevante: si tu siempre respondes de una manera cuando yo hago algo, esperaré que esto siga siendo así en el futuro. Una de las formas que suele tomar la mercancía que intercambiamos es la de comportamientos de ayuda y apoyo, y, como a todos nos gusta recibir este tipo de atenciones, nos solemos acostumbrar rápidamente a ellas. Es importante tener en cuenta que estas conductas al