La construcción de la belleza
por Marcelo Vázquez Avila
Actualmente,
tenemos el privilegio de asistir a una nueva revolución científica: la
promovida por la neurociencia y las nuevas técnicas de neuroimagen que nos
capacitan para acceder a un estudio más pormenorizado del comportamiento del
cerebro humano. Conocer cómo funciona el cerebro del hombre no sólo puede
resultar útil desde un punto de vista científico tradicional (la cura de
enfermedades), sino que este conocimiento puede aplicarse al estudio de la
creación artística.
Uno de
los aspectos más interesantes de las actuales neurociencias es que estudian los
sistemas de cognición y buscan entender qué grupos de neuronas trabajan para
realizar una determinada tarea en común; La neurociencia cognitiva, en
concreto, trata de comprender los mecanismos como la conciencia de uno mismo, el
lenguaje o la imaginación.
Esta
disciplina nos está ofreciendo avances en el conocimiento de la creación
artística en general, y de la belleza, en particular.
La neuroestética
Es una rama de la filosofía que
tiene por objeto la percepción de la belleza. Es una ciencia perteneciente al
campo de la neurociencia, que busca las bases biológicas y
neurales de la creatividad, la belleza y el amor.
La neuroestética es el resultado de diversos estudios
realizados en los últimos 10 años por el profesor Semir Zeki y su equipo de
investigadores del Laboratorio Wellcome de Neurobiología del University College de Londres, quienes
tenían como objetivo primordial descubrir cuáles son las similitudes de lo que
es considerado bello por los seres humanos.
Tiene como finalidad fusionar a la ciencia,
el arte y
la filosofía,
para responder a cuestiones fundamentales en el comportamiento de los
individuos.
Neurociencia y las neuroimágenes
Para
comprender la investigación cerebral deberíamos remontarnos a tiempos pasados
en los que el avance del conocimiento médico era indiscutiblemente invasivo.
Sin embargo, nos interesan las modernas técnicas de neuroimagen no invasivas.
Se trata de procedimientos no quirúrgicos que nos ofrecen información fiable de
la anatomía y el funcionamiento del cerebro humano. Para estudiar la anatomía
de un cerebro humano son diversas las técnicas existentes, destacando la
Resonancia Magnética o la PET, entre otras.
Son
técnicas que realizan una serie de fotografías del cerebro humano y nos
permiten observar la anatomía del mismo. Para estudiar la funcionalidad del
cerebro, es decir, qué partes del cerebro están activas mientras el individuo
lleva a cabo una tarea, pensamiento o sensación, existe una técnica llamada
Resonancia Magnética Funcional. La fMRI es una de las grandes revoluciones del
siglo pasado, con gran desarrollo en el que estamos viviendo. Clínicamente está
resultando muy útil para el diagnóstico de enfermedades como la hiperactividad,
la epilepsia, la esquizofrenia, entre otras. Pero ¿y artísticamente? He aquí el
punto al que deseaba llegar.
Desde
un punto de vista de la investigación artística, la resonancia magnética
funcional puede ser de incalculable valor para alcanzar conocimiento
empírico de fenómenos como la belleza o la fealdad. La fMRI es un tipo de resonancia
magnética que presenta las trazas de la actividad cerebral y su cambio en el
tiempo. Lo que hace es medir la respuesta termodinámica de la actividad
neuronal del cerebro. Es decir, no mide directamente las neuronas, sino que
mide la actividad que se produce a su alrededor, Es una de las técnicas de neuroimagen más desarrolladas en el
estudio neurocientífico.
En los
contactos (llamados sinapsis) entre
neuronas se producen intercambios de informaciones que tienen como resultados
conductas, comportamientos, conocimientos, aprendizajes y expresiones.
Cada
hemisferio cerebral está dividido en lóbulos y a su vez cada uno de ellos tiene
una especialización. A grandes rasgos, el lóbulo occipital está relacionado con
la visión, el temporal con la audición, las emociones y la percepción visual,
los parietales con la representación tridimensional, los lóbulos frontales
están relacionados con la reflexión abstracta, la moral y otros. ¿Esto, qué
relevancia tiene para hablar de la belleza? La importancia reside en saber que
podemos aspirar a conocer qué regiones de nuestro cerebro se activan cuando
percibimos un estímulo entendido como bello. Y así, estudiar la vertiente
neurológica de la belleza.
Neurólogos
como Zeki y Ramachandrán han sentado con sus investigaciones las bases de esta
nueva rama del conocimiento neurocientífico: la neuroestética.
Se trata de conocer qué sucede en el cerebro de un
individuo
cuando se enfrenta a la creación o recepción de una obra estética.
La
creación o la recepción del arte. Y de ahí, la belleza.
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