Repensando nuestra relación con el tiempo

por Santiago Alvarez de Mon




Mi buen amigo y profesor del IESE acaba de publicar el libro 'Mi agenda y yo'.
¿Quién soy? Ésta es la pregunta a partir de la cuál Santiago Álvarez de Mon elabora un texto que debería ser imprescindible para cualquier directivo. La respuesta, que imagino que muchos de ustedes están intentando buscar ahora, no es fácil y podemos decir que  sólo está en cada uno de nuestros corazones. "Se trata de descubrir el misterio interrior. Para algunos es el poder, para otros el dinero, y para la mayoría, la familia", señala este profesor del IESE, que acaba de publicar el libro Mi agenda y yo (Editorial: Plataforma Actual). "Es a partir de ahí cuando puedes diseñar tu propia vida", insiste.
Para reconocer el misterio de cada uno, Álvarez de Mon aconseja seguir una pista que puede resultar fundamental: el tiempo. Por eso el subtitulo de su libro es Repensando nuestra relación con el tiempo. "Repito en muchas ocasiones dime qué haces con tu tiempo y te diré quién eres. Si dices que para ti es muy importante el deporte y no consigues meterlo en tu agenda, deberías plantearte que quizá no es tan importante como dices". Esta reflexión debería servir para todos los aspectos de la vida. "Podemos presumir de que nos gusta leer, ir al cine o pasear, pero si no conseguimos dar protagonismo a todo eso en nuestra agenda es que no lo valoramos tanto como creemos", reitera.
Vivir. Ésta es la palabra clave para Álvarez de Mon. Para analizar si estamos viviendo y si nuestras responsabilidades nos dejan hacer todo lo que nos aporta esa felicidad, el profesor del IESE, cuyo libro ha prologado Valentín Fuster, recomienda mirar la agenda de la última semana o del último mes y analizar todo lo que hemos hecho en ese tiempo. "¿A qué me he dedicado? ¿Cómo he utilizado mi tiempo? La pena es que muchas de estas preguntas nos las hacemos cuando vemos la muerte de cerca y no cuando tenemos la oportunidad de seguir viviendo". Pero, ¿qué debemos incluir en nuestra agenda? "Todo, absolutamente todo. No valen excusas para dejar de hacer algo porque todo es importante. Hay que meter en la agenda el tiempo que dedicamos a la familia, a nuestro ocio, a lo que nos hace felices y hay que incluirlo, igual que señalamos una reunión", aconseja Álvarez de Mon, que cree que ésta es una de las mejores lecciones que le puede dar actualmente a un directivo. El problema es que a muchos de los que deberían hacerse la pregunta quién soy les da miedo descubrir la respuesta. "Hay gente que se engaña a sí mismo y que dice que le dedica unas horas a su familia, a su trabajo, a su ocio... que no es el real. Se engañan porque les da miedo descubrir que quizá su prioridad en la vida no es lo que la sociedad te impone".
Tras la pregunta clave y tras analizar y descubrir qué es lo que nos mueve, el profesor del IESE cree que "muchas personas deberían plantearse no lo que hacen, sino lo que deberían dejar de hacer porque ya no les aporta nada. Quizá uno de los errores más destacados que cometemos es no saber delegar y asumir nuevas responsabilidades sin soltar las anteriores y sin dejar que otros las asuman como propias".
Este control sobre la agenda es esencial para controlar también nuestro tiempo. "Si no controlas la agenda, la sociedad te la roba, entendiendo como sociedad todos los que nos rodean. El jefe, nuestro hijo, un amigo... Hay ladrones de tiempo y hay que saber identificarlos, como las reuniones improductivas o el presentismo". Por eso, no hay que tener agendas "apelmazadas". En su opinión, "hay que tener colchones que te permitan incluir imprevistos y que no te lleven a anular aquello que te hace vivir".
Álvarez de Mon lamenta que "muchas personas ya no escuchan, ya no sienten, ya no están en el momento que viven porque están físicamente en un sitio y mentalmente en otro porque su agenda, su vida, es un desastre que ya no pueden controlar". La "atención" se ha convertido en un bien escaso.
 "Sólo hacer una cosa en cada momento 
nos da la posibilidad de hacer muchas al cabo del día".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo descubrir a un incompetente

Gestionando mis miedos

‘Millennials’ y ‘Centennials’, dos generaciones que valen billones