¿Conoces ya tu estilo de aprendizaje?
por Marcelo Vazquez Avila
Aprendiendo a Aprender
Es difícil saber qué clase de
conocimiento será el más necesario en el futuro, por lo que no tiene sentido
enseñarlo por adelantado. En lugar de eso, deberíamos tratar que las personas
amen tanto el aprendizaje y aprendan tan bien que sean capaces de aprender
cualquier cosa que necesite ser aprendida.
El proceso de “aprender a
aprender” implica un grupo de principios y habilidades, que entendidas y
utilizadas, ayudan a los aprendices a aprender de manera más eficaz llegando a
convertirse en personas que quieren aprender a lo largo de su vida. Mi
convicción es que el Aprendizaje puede ser aprendido. Las ventajas que ofrece
este proceso a las personas son:
- Saber cómo aprender y sus
fortalezas para el aprendizaje.
- Saber cómo pueden motivarse a
si mismos y tener la autoestima necesaria para el éxito.
- Descubrir que el aprendizaje
visual, a medida que aumenta la cantidad de conceptos, permite que la memoria
mantenga por más tiempo dicho conocimiento. Las técnicas empleadas pueden
ayudar al aumento de la percepción incluso en las personas con problemas de la
atención.
- Descubrir cuál es su Estilo de
Aprendizaje.
Los cuatro estilos
Así como tenemos gustos
diferentes a la hora de ver una peli o leer novelas, hay que saber qué tipo de
persona eres cuando asimilas información y aprendes, para no desilusionarte
pensando que no puedes aprender algo, cuando realmente sí que puedes.
Nuestro estilo de aprendizaje
viene determinado por diversos factores, pero consideraremos los dos más importantes
a mi juicio ya que marcan la diferencia:
1. cómo asimilas la información más fácilmente,
2. cómo lidias con esa información y la gestionas
para bien.
Recibimos
información de muchas maneras pero sólo la asimilamos por medio de nuestros
cinco sentidos. Cuatro de ellos van directamente al cerebro –el oído, parte
de la vista, el gusto y el tacto. El olfato va a la amígdala y por eso es más
rápido de que uno lo registre. Las tres maneras más comunes de recibir la
información son los ojos, oídos y a través del cuerpo. Vemos cosas, las oímos,
y las experimentamos a menudo relacionándonos con el movimiento y el tacto.
Todos tenemos diferentes preferencias y somos capaces de comunicarnos mediante
un sistema o estilo representacional distinto.
Eres visual si
tiendes a sentarte más derecho y buscas la mirada de la persona que te habla;
si prefieres leer sin esperar a que te lean nada y buscando las instrucciones
por encima del hombro, por ejemplo. Si eres de los que siempre recuerda una
cara y prefiere un mapa a las instrucciones, piensas en metáforas y visualizas
conceptos, te gusta tener un estilo de ropa coordinado y eres el primero en
saltar a la pizarra para dibujar un diagrama, probablemente dependes más de tus
ojos y eres más visual.
En el caso de
que te digan a menudo que parece que te quedas en blanco y embobado con la
mirada perdida, como si estuvieras soñando con los ojos abiertos, mientras
escuchas tus pensamientos; o si te gusta escuchar música y la radio más que
otra cosa; si siempre recuerdas un nombre o si te gusta depender de unas
instrucciones dichas verbalmente; si te gusta contar chistes y debatir mientras
resuelves problemas o incluso hablar por teléfono demasiado, y al final te das
cuenta que estás repitiendo las palabras que acabas de oír; o si asientes
vigorosamente cuando alguien te habla, tal uso del oído te puede
identificar como parte del estilo auditivo.
Y por último,
quizás te frustra tener que aguantar toda una reunión o clase sentado sin poder
levantarte, y te gusta balancearte en la silla para no aburrirte y estar más
atento; o eres de los que juegan con el bolígrafo o lo que tengas en la mesa
mientras hablas con alguien; prefieres las actividades al aire libre, o
recuerdas mejor lo que pasó en una situación antes que el nombre o la cara de
alguien; notas que eres muy expresivo con el cuerpo o del tipo de persona que
prefiere arremangarse la camisa y ponerse a hacer las cosas antes que hablar
sobre el tema; y además te gusta hacer cualquier actividad mientras hablas y
haces negocios, por ejemplo. Todas ésas son características de alguien
que depende más de su cuerpo que de la vista o el oído.
Todos hacemos
muchas de estas cosas constantemente, y seguro que te estás preguntando qué
pasa si haces todas por igual, o si las características te han parecido muy
generales. Además, te puedes sentir cómodo en dos estilos y no preferir sólo
uno. Es perfectamente normal. Además, dependiendo de la situación, usamos más
un estilo que otro.
Además y como
complemento, Bill Lucas (1) explica cuatro estilos de aprendizaje
distintos que se interrelacionan con los tres explicados.
Si eres un
“activista”, eres el tipo de persona que se lanza directamente a hacer las
cosas. Te gusta la inmediatez de las cosas y eres entusiasta con las cosas
nuevas, por lo que sueles hacer las cosas primero y luego pensar lo que has
hecho. Te encanta ser activo y en cuanto te dan un problema, te pones a pensar
diferentes soluciones. En una reunión o en un grupo sueles ser el último en
sentarte, sueles preferir las tormentas de ideas y hablar antes de leer
cualquier material, así como te cuesta pensar a largo plazo. Eres sociable por
naturaleza y tu lema podría ser “Hay que probar todo al menos una vez.”
Si eres un
“reflector”, te gusta más pensar las cosas, alejarte de las experiencias,
absorber todos los datos posibles antes de tomar una decisión. Eres de los que
cree que hay que estudiar las cosas tal y como son antes de dar una opinión,
por lo que probablemente eres cauto por naturaleza. Da la sensación que no
participas de lo que te cuentan en una reunión y no te gusta dar tu opinión
inmediatamente sin pensarlo antes. Por eso te resulta complicado tomar una
decisión inesperada y urgente. Prefieres ver las opciones posibles desde todos
los puntos de vista antes de ponerte en marcha. Tu lema sería “Lo pensaré y ya
te digo después.”
De ser un
“teórico” tiendes a pensar las cosas de una manera lógica hasta que encaje en
un patrón determinado, con lo cual te gustan los modelos, los sistemas y
las reglas. Te gusta distanciarte y ser analítico, riguroso y puedes cambiar de
opinión aunque no se ajuste a tu visión del mundo. Al contrario que un
activista, para ti es mejor hablar y discutir de las ideas y estructuras que te
interesan aunque no parezcan o sean relevantes para los demás. Te gusta
desafiar las suposiciones y no estarás de acuerdo con los demás hasta que lo
que se te proponga coincida con tu visión del mundo. Ante algún riesgo, optas
por cuantificar lo que no esté seguro, lo que lleva a que no te sientas cómodo
con los cambios hasta que tienes claro los patrones y que concuerden como te
parece. Más que un lema, siempre te sueles preguntar “¿pero eso cómo encaja con
esto otro?”.
Finalmente, un
“pragmático” está dispuesto a probar cosas nuevas y experimentarlas, no
necesariamente con el entusiasmo de un “activista”. Por eso, si escuchas algo
interesante, lo quieres comprobar al momento, con la idea de encontrar también
su lado más satisfactorio para ti o los demás. No te suele preocupar no haya
una agenda o unos puntos determinados a tratar en una reunión, y te involucras
en lo que se ofrezca y haya que discutir. Los demás te pueden calificar como
impredecible, al aplicar la última teoría o idea que conozcas a lo que se esté
discutiendo o tengas que hacer. Tiene que estimularte para participar y
comprometerte, porque si no “desconectas” con facilidad, pensando en tus
propias ideas y después sueles pedir que se revisen cosas en las que los demás
ya han quedado de acuerdo y han sido aceptadas. Una frase con la que te puedes
identificar es “Debe haber una manera mejor”.
Como antes,
puedes identificarte con dos estilos, ser un activista callado y un reflector
más ruidoso. Y como estas categorías no distinguen cómo prefieres comunicarte,
recibir y trabajar con la información, se pueden mezclar con los estilos
representacionales. Por ejemplo, puedes ser un teórico auditivo o visual. De
esa manera conseguimos como mínimo doce combinaciones posibles entre
Visual-Auditivo-Kinestésico y Activista-Reflector-Teórico-Pragmático.
¿Cuál
combinación es la tuya?
(1) Bill
Lucas: http://www.casadellibro.com/libro-entrena-tu-mente-aprendizaje-y-desarrollo-de-tus-habilidades-en-el-trabajo/9788449316968/1015466
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