10 sugerencias para esta crisis

1. Hacer una dieta informativa de “bajas calorías”. Mantenernos informados, pero lo mas selectivamente posible, calcular lo que es solamente lo imprescindible, ya que la tendencia en estas situaciones es a sobresaturarse de información, mucha de la cual no es veraz y eso genera mayor ansiedad y estrés. Esto incluye las redes sociales y los grupos de Whatsapp, donde circulan demasiados datos cada segundo y muchos de ellos son falsos o al menos exagerados. 

2. Ocuparnos en lugar de preocuparnos. Esto es tan antiguo como real. Lo mejor es tratar de mantener lo más posible tus rutinas de vida personal y de tu trabajo. Mantenernos ocupados haciendo las tareas que tenemos cada día. Eso nos da una sensación de normalidad que tranquiliza y nos mantiene más centrados en lo importante, sin dejar de lado lo urgente.

3. Criticar nuestros pensamientos. Aquello que pasa por nuestra mente no son necesariamente hechos reales. En estas situaciones los pensamientos dramáticos o terribles se disparan sin control. Es importante que mantengamos la observación atenta de las historias o dramas que nos contamos, siendo autocríticos, para que no generen emociones de pánico y ansiedad. Tengamos en cuenta que nuestros pensamientos no son hechos, son interpretaciones, muchas veces exageradas o distorsionadas de la realidad.

4. Darnos permiso para sentir todas las emociones. Lo más sano a nivel de gestión emocional es permitirnos sentir miedo, ansiedad, estrés, tristeza, frustración, rabia o impotencia. Es fundamental que aceptemos la posible montaña rusa emocional que podamos sentir, y que puede ir cambiando de intensidad y duración. En lugar de resistirnos o negarnos a través de un rápido juicio negativo, tratemos de tomar consciencia de ese estado emocional y darnos cuenta de qué datos nos esta dando para nuestra vida. Puede que no nos resulte agradable, pero sí funcional cuando aprendamos a interpretarlo.

5. Marcarnos pequeños objetivos diarios con el compromiso de cumplirlos. Es importante que estos objetivos estén relacionados con nuestro propósito, con lo verdaderamente importante. El hecho de comprobar, de forma mensurable que, a pesar de esta situación excepcional, seguimos avanzando mediante pequeñas acciones, nos dará una sensación de control y equilibrio que ayudará mucho a atravesar esta difícil etapa de incertidumbres.
6. Una adaptación a los cambios con actitud positiva. Es una gran oportunidad para practicar la gestión del cambio, y desarrollar la flexibilidad. Trabajar a distancia, en un espacio diferente al habitual (quizá en tu domicilio) o incluso con la familia en casa. Todos los cambios tienen una parte positiva si nos abrimos a ellos y estamos dispuestos a adaptarnos. De lo contrario, sufriremos innecesariamente.

7. Centrarnos en vivir el “aquí y ahora”. Viviendo el momento presente cada día y evitando la ansiedad que genera la incertidumbre. Igual que de la noche a la mañana las cosas han cambiado, puede suceder al revés, que antes de lo que pensemos hemos vuelto a la normalidad. O quizá no. Pero, en cualquier caso, como nadie lo sabe, lo más sano mental y emocionalmente es tratar de focalizar nuestra atención en cada día, evitando los típicos pensamientos negativos anticipatorios, y dar lo mejor de nosotros, hoy mismo. De esta forma, nos sentiremos orgullosos porque hemos hecho lo que debíamos, y la incertidumbre no nos agobiará tanto.

8. Buscar una estrategia para gestionar las emociones. ¿Qué estrategia nos ha resultado útil en otras situaciones difíciles? Si las emociones nos desbordan o paralizan: intentar interpretarlas, ¿Qué hay debajo de esa emoción? ¿Por qué aparece ahora? Que me esta diciendo el corazón y ¿el cuerpo? O respira profundamente, tomando conciencia de la acción completa, observando qué sucede en cada inhalación y exhalación. Repetirlo varias veces antes de seguir adelante. También, puedes probar el mindfulness, una de las herramientas más efectivas para gestionar el estrés y la ansiedad. En el siguiente enlace tienes varios ejercicios guiados por si quieres probar: Audios de ejercicios guiados de mindfulness

9. Dedicar tiempo a reflexionar acerca de lo que necesitamos o de aquello que nos gusta hacer. Aprovechar para dedicar tiempo a esas actividades para las que, pensamos, nunca tendremos tiempo, pero te encantan: leer, estar más con la familia, ver películas, cocinar. También podríamos aprovechar para reflexionar sobre nosotros mismos, sobre qué queremos hacer de nuestra vida en los próximos tres o cinco años, sobre nuestras prioridades y valores. Es una etapa para parar y conectar con nosotros, con nuestras necesidades. Esa reflexión para la que nunca tenemos tiempo porque vamos corriendo como pollos sin cabeza.

10. La crisis pasará. Porque no hay nada sobre la tierra que permanezca inmutable. Todo cambia, todo pasa, lo bueno y lo malo. Así que esta crisis pasará también, y la recordaremos con la total tranquilidad de haberla superado. Una estrategia efectiva es imaginarnos dentro de un año, pensando en las oportunidades que se nos presentaron con el coronavirus, y veremos cómo esta crisis nos dio enormes aprendizajes desde la perspectiva del tiempo transcurrido. Todo habrá pasado ya, nuestro entorno habrá vuelto a la normalidad y estaremos en mejores condiciones, con una mayor calidad de vida y paz.