Encontrando el propósito


 Por Marcelo Vázquez Avila

Te comparto una historia que podría resonar contigo… se trata de una clienta mía de coaching de hace un par de años 

María siempre había sido una persona organizada y dedicada. Desde fuera, su vida parecía muy tranquila, vive en una urbanización a las afueras de Madrid, un trabajo estable, una familia a la que adoraba y una rutina que cualquiera envidiaría. Todos la veían como un modelo a seguir, pero había algo que no cuadraba. 
 Cada mañana, al despertar, una sensación de insatisfacción la envolvía. Era como si, a pesar de tener todo lo que se suponía que debía tener, le faltara algo esencial. 
En el fondo, sentía que estaba haciendo todo "por inercia". ¿Te ha pasado? 
 Un fin de semana, María decidió que era hora de desconectar. Necesitaba un respiro, así que se fue a caminar dando un paseo por las montañas, no muy lejos de su casa. 
Al principio, disfrutaba del silencio, del canto de los pájaros y del aire fresco que llenaba sus pulmones. Pero, de repente, se dio cuenta de algo alarmante: estaba perdida. 
No tenía cobertura en su teléfono, ni un mapa, ni nadie cerca que pudiera guiarla. En ese instante, el miedo se apoderó de ella. ¿Y si no encontraba el camino de vuelta? Pero, en medio de la angustia, algo dentro suyo la obligó a detenerse. Se sentó en una roca, respiró profundamente y cerró los ojos. Cuando los abrió de nuevo, miró el sendero y notó algo que antes había pasado por alto: pequeñas marcas, huellas en el suelo, algunos signos que resultaron familiares y que la guiaban. Con cada paso, y confiando en su intuición, comenzó a seguir esas pistas.
Poco a poco, el camino se fue esclareciendo y, finalmente, encontró el sendero que la llevaría de regreso a casa. 
 Al llegar, María no podía dejar de pensar en esa experiencia. Haberse perdido en la montaña tan cerca y tan lejos de su casa le había mostrado algo crucial: no era solo un camino físico lo que necesitaba encontrar, sino un rumbo interno, un propósito.
 Esa aventura le había brindado una perspectiva nueva; a veces, perderse es la única forma de encontrarse. Ese día, tomando una taza de café en su cocina, tomó una decisión. No podía seguir ignorando esa sensación de vacío. Era hora de escuchar su GPS interior. 
Así comenzó su transformación. María se dio cuenta de que muchas veces vivimos sin un rumbo claro porque no nos detenemos a escuchar lo que realmente queremos. Nos dejamos llevar por la rutina, por las expectativas de los demás, y olvidamos mirar hacia adentro.
 Pero al igual que en la montaña, en la vida también hay señales que nos indican el camino. 
 Hoy, quiero invitarte a hacer lo mismo. Tómate un momento para detenerte, respirar y reflexionar. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Cuáles son mis pasiones? ¿Qué me hace sentir vivo? Comienza a caminar hacia una vida con propósito y paz, sin necesidad de perderte en la montaña. Recuerda, el verdadero viaje comienza cuando te atreves a escuchar tu corazón y sigues las huellas que te guían hacia tu verdadero yo. 
Cada paso cuenta, y cada decisión puede acercarte un poco más a esa vida plena que mereces.
 ¡Adelante! Tu camino te está esperando.

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