El Amor ¿más que un sentimiento?

por Marcelo Vazquez Avila



El amor es el sentido más hondo de la vida humana. Amar, de acuerdo a Tomás de Aquino es querer el bien del otro, y querer estar unido al otro.

El amor no es un mero sentimiento, sino un acto del querer más profundo de la persona humana, de su voluntad. Es más, el amor personal compromete a la persona entera, no sólo implica a su querer voluntario sino también a su entendimiento y a sus sentimientos. El sentido último de la vida del hombre se halla en el amor y no en vano brota de éste el propio origen de la vida humana.

No hablamos de cualquier amor, sino del amor personal, que admira la belleza que el otro revela en cuanto es persona. Se fundamenta en la consideración de la persona como algo único e irreemplazable, inefable.

El amor, los amores, los amoríos

El corazón ama porque capta la verdad de las cosas, de las personas y en la medida que capta lo verdadero y lo quiere como tal, sus sentimientos son auténticos. A veces no queremos a cada realidad como tiene que ser querida y surgen respuestas desafortunadas. Es bueno detenernos un poco a ver cómo funcionamos sentimentalmente, partiendo de la base de que siempre hay sorpresas en nuestro querer y nunca podemos acotarlo ni agotarlo. C.S. Lewis distingue entre cuatro tipos de amores. Ellos son, el afecto, la amistad, el eros y la caridad.

El afecto: hasta los animales y las plantas participan de este tipo de amor. Es un amor de necesidad, que lo que necesita, es dar. Un amor que da pero que necesita ser necesitado. Es un cálido bienestar, el menos discriminador de los amores, no hace preferencias. Casi todo puede ser objeto de afecto. Es el más humilde, es familiar, tiene aspecto de ir por casa. Es un porcentaje elevado de la felicidad duradera de la vida natural. Pero son inseguros los afectos, si bien pueden facilitar mucho la comunicación, también pueden bloquearla. Son un conjunto de tendencias y de actos sensibles que las manifiestan.

La amistad: Cuantas más cosas nobles y buenas comunicamos a nuestro interlocutor, aunque no comparta nuestros puntos de vista, mas personal es el trato, más íntimo. Por eso, se considera a la amistad, el más feliz y humano de todos los amores. Escuela de virtudes. Es el amor menos natural, menos instintivo, el menos biológico. Es un amor sustantivo, los amigos van uno al lado de otro, inmersos en algún interés común, es el mundo e las relaciones libremente elegidas. Mientras que los enamorados se mirar cara a cara, lo amigos están uno al lado del otro, mirando hacia adelante. Sócrates decía que la amistad era el centro de su vida y que el placer de contemplar a los hombres y a las cosas está cercano a la felicidad. La amistad es una relación entrañable, libre, recíproca y exigente; desinteresada; la amistad consiste mas en querer, aunque preferimos ser queridos. Ella se alimenta del convivir compartiendo.

El Eros: hay que rescatar la grandeza de este amor: Hablar del eros, no se refiere tanto a la sexualidad, que es común al mundo biológico, sino a una variedad humana de ella, que se desarrolla dentro del amor. El deseo sexual con eros, quiere a la persona amada. El enamorado quiere a su amada en particular y en sí misma, no exclusivamente al placer que pueda proporcionarle.

El amor de caridad: Amar de cualquier manera es ser vulnerables. El amor de Dios es la invitación a que nuestros amores vayan siguiendo su curso como un río sin fondo, por su propio cauce. Nunca nos falta por parte de Dios la invitación a que nuestros amores naturales trasciendan y no se achiquen.

Por todo esto, pienso que no hay error que el amor no redima, no importa cuan serio sea un problema, cuan desesperada una situación, cuan grande un error; porque el amor tiene poder para superar todo eso.



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