La Vida y su búsqueda
Por Marcelo Vazquez Avila
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adecuado
La Vida nos da a las personas
lo que necesitamos, primero para alimentarnos, luego para aprender a hablar, a
caminar y a apoyarnos en otros, nos enseña a sostenernos en ellos y luego a caminar
por nosotros mismos.
Si bien al principio vivimos
con dependencia emocional para poder disfrutar esa Vida, cuando somos adultos
tenemos que aprender a valernos emocionalmente, dedicar tiempo a conocernos,
conectar con nuestro cuerpo y nuestra sabiduría interior (intuición e
instinto), aprender a gestionar pensamientos, emociones y hacernos cargo de
nuestro bienestar y felicidad.
Buscando seguridad
Creer que podemos encontrar la
seguridad y el poder fuera de nosotros es ilusorio. Es dentro de cada uno de
nosotros donde realmente residen nuestra fuerza, sabiduría, seguridad, paz, el
placer, el verdadero poder y la felicidad.
Buscar seguridad intentando
controlar lo que sucede es agotarse en vano. Todo lo que vemos en el exterior
es un reflejo de lo que sentimos y creemos dentro de nosotros. Querer que la
realidad sea otra es como pedirle peras al
olmo. Si queremos peras, pues a plantar un peral.
La seguridad, la alegría, la
paz, tan esperadas, no llegaran a través de controlar lo externo o cambiando la
realidad, ellas aparecen y crecen de adentro hacia afuera. Desde nosotros y hacia
el entorno.
Lo mismo sucede con el miedo.
Es dentro de nosotros donde tenemos que amigarnos con él y entonces estar en condiciones de atravesarlo y superarlo.
Reconociendo
capacidades
¿Cómo sería nuestra vida si
tuviéramos la certeza de que la Naturaleza nos nutre en todo momento y en
nuestras necesidades y deseos?
¿Cómo seria si tuviéramos la
claridad y la confianza plena para hacer realidad aquello que nos hace felices?
¿Cómo seria nuestra vida si
nos supiéramos con las herramientas necesarias para gestionar nuestra mente y
emociones en cualquier situación?
¿Cómo sería si pudiéramos
liberar cualquier sentimiento de nuestro corazón que nos abruma o paraliza y
volver a fluir, disfrutar de la alegría y la natural espontaneidad de los niños?
La vida ha sido
generosa
La Vida nos ha dado un cuerpo
que es una maravilla, que funciona sabiamente y que cuenta con miles de años de
experiencia y evolución.
La Vida, además nos ha dado
dos motores poderosos como el instinto y la intuición. Esta lo hace a través de
la mente y el corazón. El instinto nos guía desde las tripas. Lograrlo supone
la conexión entre ellos. La Vida nos ha dado todo lo que necesitamos para
disfrutar de nuestro tiempo en la tierra, llevando a cabo nuestro propósito de
vida, luchando por hacer nuestros sueños, realidad.
Conexión y desconexión
Vivir en conexión de cuerpo,
corazón y mente nos permite vivir con un espíritu seguro apoyado en la tierra.
La desconexión puede llegar por vivir exclusivamente de nuestra mente racional,
separando las tres dimensiones, la mental, la emocional y la corporal.
limitándonos a sobrevivir solo
desde el neocórtex, limitándonos a que prevalezca nuestra
dimensión racional, que curiosamente es la mas nueva de nuestro ser, con menos
años de experiencia. Al desconectar de las otras dimensiones, despreciamos
nuestra sabiduría milenaria y eso genera inseguridad y miedo, la sensación de estar
perdidos, a la deriva y desconectados de la vida. Vivimos entonces en “modo
estrés”, hundiendo nuestro sistema inmunológico, agotados energéticamente,
debilitando nuestra salud.
El miedo a sentir y el atasco
emocional
Ese miedo nos lleva a negar, reprimir y no saber gestionar las emociones y sentimientos. El atasco emocional que se instala en nuestro cuerpo nos lleva a repetir las mismas experiencias dolorosas una y otra vez. En ocasiones, la enfermedad es el camino que el cuerpo usa para liberarse de el atasco emocional. Lo que nosotros no vemos cómo gestionar, el cuerpo trata de liberarlo a su manera.
Las creencias
limitantes
No somos conscientes de la
cantidad de ideas limitantes que guardamos dentro de nosotros, solo algunas son
evidentes, y la mayoría permanecen en nuestro subconsciente. Esas creencias
condicionan en distinto grado nuestra vida, nos debilitan y hasta nos
paralizan.
El atasco mental y emocional
colabora en la desconexión entre las tres dimensiones de la persona, cabeza,
cuerpo y corazón devaluando nuestras capacidades naturales como son la
intuición, el instinto, la sabiduría y sus frutos, la calma, la fortaleza, la
confianza y la paz.
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