En el camino hacia la vida que deseo


En el camino hacia la vida que deseas, con seguridad te encontrarás con todo tipo de obstáculos que amenazarán con frenarte. Estos problemas pueden ser de tipo externo, como por ejemplo la situación política del país en el que te encuentras; pero son los problemas internos, los que están en tu mente, en tu ser, los que presentarán una mayor amenaza a tus planes. En muchos casos la desmotivación y la falta de fuerzas para cumplir los propósitos que te has fijado se deben a que los mismos no están siendo genuinos. Cuando hablo de propósitos genuinos, me refiero a que coincidan con el deseo de tu corazón; que sean sinceros a lo que te dicta tu alma.

Es por ello que antes de fijarte propósitos, debes embarcarte en una travesía de autoconocimiento, un viaje que te demuestre la importancia de conocer tu auténtico YO interior. Esto te permitirá abrir los ojos a una nueva realidad y descubrir cuáles son verdaderamente tus dones y tus virtudes, para que, poniéndolos en acción, se abran las puertas a nuevas oportunidades.

¿Estás tomándote un tiempo para “conversar” contigo mismo?

Esta conversación interna te permitirá conectarte contigo mismo y las formas de hacerlo pueden ser muy distintas. Ya sea escuchando un poco de música suave, meditando o practicando un poco de escritura libre. Una vez que empieces a conocerte mejor, podrás observar y reflexionar sobre la forma en que reaccionas a las situaciones que surgen en el camino y, de esa forma, podrás ir corrigiendo aquellos hábitos que no te están ayudando al momento de tomar decisiones. Te aconsejo que reserves un  tiempo todas las semanas para iniciar esta charla contigo.


¿Observas y estudias la situación en la que te encuentras antes de actuar?

Cuando te enfrentas con un problema y debes tomar una decisión, es muy importante que observes tus estados emocionales y mentales para que, de esa forma, puedas tomar la decisión que te permita sortear ese problema de la forma más ventajosa.

Al detectar cuáles son las interpretaciones que le dan forma a tu mundo podrás lograr mejores resultados a la hora de tomar decisiones. Estar atento a tus conversaciones internas te permitirá detectar cuales son los pensamientos que te roban la motivación y cuales son los que te empujan a seguir adelante.

¿Sabes cuáles son tus pasiones y cuáles son tus dotes que te separan de los demás?

Es probable que ya sepas cuáles son tus actividades favoritas. Son las que disfrutas sobre todas las cosas y por las cuales estarías dispuesto a sacrificar tu tiempo para realizarlas. Es aquello que no solo disfrutas haciendo, si no que además te encuentras motivado para hacerlo cada vez mejor.

Pregúntate a ti mismo:

¿Qué es eso que más te gusta y en lo que crees que eres un experto?

¿Qué cosas sabes y conoces que te hacen sentir seguro de poder enseñárselo a otros?

¿Cuáles consideras son las mejores virtudes que tienes y puedes poner al servicio de los otros?

¿Has pensado en como explotar tu potencial?


En este punto es recomendable que te tomes un tiempo para meditarlo. Toma papel y lápiz y has una lista de todas aquellas cosas que disfrutas hacer y en las que destacas.

En esta lista puedes incluir cosas tanto de tu vida profesional como de tu vida particular. Pregúntate a ti mismo como podrías ofrecerlo al mundo y ponerlo al servicio de otros. Con seguridad te digo, en tu caminar te encontrarás con obstáculos”

Además, ahora te agregaría que, por lo general no solemos estar en el lugar donde nos encontramos. Siempre andamos en otra parte, muy lejos de nosotros mismos y del instante presente. Prueba de ello es que no solemos ducharnos mientras nos estamos duchando. No sentimos el agua caliente cayendo sobre nuestro cuerpo, valorando y disfrutando plenamente de este momentazo cotidiano. Por el contrario, solemos estar en nuestra mente y en nuestros pensamientos, pensando en algo que no tiene nada que ver con la ducha ni con el acto de ducharnos.

Independientemente de lo que estemos pensando, cuando vivimos en automático no nos damos cuenta de que estamos hipnotizados por nuestros pensamientos. En ningún momento somos conscientes de que no nos estamos relacionando con la realidad verdadera: lo que es y está sucediendo en cada instante. Y esto ocurre porque la consciencia-testigo está secuestrada por la mente disfuncional -la que no para nunca de pensar-, provocando que sigamos encerrados en nuestra propia cárcel mental.

Cultivar el silencio del alma y la quietud un rato cada día es la mejor inversión que podemos hacer para ser libres de esta invisible esclavitud interior. Gracias a la meditación nos identificamos cada vez menos con el yo ilusorio y cada vez más con la consciencia-testigo. 

Es entonces cuando se asienta en nosotros el «mindfulness» o «atención plena». Se trata un estado de presencia y de alerta que deviene de forma natural cuando vivimos despiertos y conscientes. Para empezar, nos permite vivir mucho más conectados con el ser esencial, volviéndonos personas más serenas, ecuánimes, sensibles y empáticas. Y en consecuencia, menos egocéntricas, neuróticas, reactivas y victimistas.

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