El vínculo entre estados de ánimo y creencias
poe Marcelo Vázquez Avila
El Vínculo entre Estado de Ánimo, Recursos y Creencias
Esa sensación de estancamiento, de que "los recursos están, pero no los ves", es una experiencia humana muy común. Y tienes toda la razón: a menudo, el problema no es la falta de recursos externos, sino nuestro estado emocional y las creencias subyacentes que lo alimentan.
Imagina que tus recursos son como un enorme almacén lleno de herramientas, conocimientos y oportunidades. Si tu estado de ánimo es bajo, es como si una densa niebla cubriera ese almacén. Las herramientas siguen ahí, pero no puedes verlas con claridad ni saber cómo utilizarlas. La frustración, la desmotivación o la ansiedad actúan como esa niebla, impidiéndote acceder a tu propia capacidad de resolución.
¿Por qué el problema no son tus recursos, sino tu estado emocional?
Tu estado emocional actúa como un filtro. Cuando te sientes bien, optimista y con energía, tu mente está más abierta, creativa y dispuesta a explorar soluciones. Ves oportunidades donde antes solo veías obstáculos. Por el contrario, cuando te sientes abrumado, triste o enojado, tu perspectiva se cierra, te enfocas en lo negativo y puedes sentirte paralizado.
¿Cómo nuestras creencias moldean nuestras emociones y decisiones?
Aquí es donde entra en juego el poder de nuestras creencias. Las creencias son las ideas y convicciones que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo. Son como los lentes a través de los cuales interpretamos la realidad.
Por ejemplo, si tienes la creencia de "no soy lo suficientemente capaz", es probable que, incluso ante un problema pequeño, te sientas ansioso e incapaz de encontrar soluciones. Esta creencia generará emociones de inseguridad y te llevará a decisiones de evitación o inacción. En cambio, si tu creencia es "siempre encuentro la manera", es más probable que sientas curiosidad y determinación, lo que te impulsará a buscar soluciones activamente.
Nuestras creencias influyen directamente en:
Nuestra percepción: Cómo interpretamos los eventos y los problemas.
Nuestras emociones: Las emociones que experimentamos en respuesta a esas interpretaciones.
Nuestras acciones: Las decisiones que tomamos y el comportamiento que mostramos.
Herramientas Simples para Cambiar tu Estado de Ánimo
La buena noticia es que, aunque las creencias y las emociones son poderosas, podemos influir en ellas. Aquí tienes algunas herramientas sencillas para empezar a cambiar tu estado de ánimo y recuperar esa claridad:
1. Movimiento Físico: Cambia tu Fisiología
Nuestro cuerpo y nuestra mente están intrínsecamente conectados. Un cambio en tu fisiología puede tener un impacto inmediato en tu estado emocional.
Levántate y muévete: Sal a caminar, estírate, baila un poco, o simplemente da unos saltos. No tiene que ser un entrenamiento intenso. El simple hecho de cambiar tu postura, mover tus músculos y activar tu circulación puede romper el patrón de inercia y liberar endorfinas.
Respira profundamente: Tómate un minuto para hacer cinco respiraciones lentas y profundas. Inhala por la nariz, mantén un momento y exhala lentamente por la boca. Esto calma tu sistema nervioso y te ayuda a centrarte.
2. Enfoca tu Atención: Dirige tu Mente
Donde pones tu atención, pones tu energía. Si te enfocas en el problema, lo magnificas. Si te enfocas en la solución o en algo positivo, empiezas a abrirte a nuevas posibilidades.
Pregúntate: "¿Qué puedo aprender de esto?" o "¿Cuál es una pequeña acción que puedo tomar ahora mismo?": Estas preguntas redirigen tu cerebro de la queja a la búsqueda de soluciones y aprendizaje.
Practica la gratitud: Piensa en tres cosas, por muy pequeñas que sean, por las que te sientes agradecido en este momento. Puede ser el café que estás bebiendo, el sol que entra por la ventana o simplemente el hecho de poder respirar. Esto cambia tu enfoque hacia lo positivo.
3. Modifica tu Lenguaje: Cambia tus Palabras Internas
Las palabras que usamos, tanto en voz alta como en nuestra mente, tienen un impacto enorme en nuestras emociones y creencias.
Evita el "no puedo" o "es imposible": Cámbialo por "todavía no lo he logrado", "cómo puedo hacerlo" o "estoy aprendiendo".
Afirmaciones positivas: Elige una frase que te de sentido y repítela. Por ejemplo: "Soy capaz", "Encuentro soluciones creativas", "Tengo la energía para esto". Hazlo con convicción.
Recuerda, estas herramientas no son soluciones mágicas que eliminarán todos tus problemas, pero son pasos poderosos para cambiar tu estado de ánimo, lo cual te permitirá ver tus recursos con mayor claridad y tomar decisiones más efectivas. La clave es la consistencia y la intención. Empieza con una o dos, pruébalas y observa el impacto.
¿Hay alguna de estas herramientas que te parezca más fácil de aplicar ahora mismo?
Comentarios