Técnicas de teatro para Directivos
¿Qué relación hay entre una obra de Shakespeare y un directivo de empresa? Más de la que podríamos imaginar. Impartir una sesión o dirigir una junta tiene enormes semejanzas con participar en una obra de teatro.
El gran teatro del mundo[1]
El tema fundamental que articula esta obra de Calderón es el de la vida humana como un teatro donde cada persona representa un papel. La imagen de la vida humana como un teatro puede rastrearse desde la Antigüedad en los filósofos pitagóricos y en Platón. Se divulga sobre todo en la obra de los estoicos, en particular en las Epístolas morales de Séneca y el Enquiridion de Epícteto. En particular este último texto fue clave para la difusión de la imagen del theatrum mundi en el Renacimiento europeo. Según diversos autores, el texto que fundamentalmente propició la popularidad de este tema durante los siglos XVI y XVII fue la labor de asimilación que Erasmo de Rotterdam hiciera de las Epístolas de Séneca y los Diálogos de Luciano de Samosata. Un precedente interesante e inspirador de El gran teatro del mundo sería el Epícteto de Quevedo[2] por cuanto es la primera vez en que aparece Dios como autor de la obra teatral que es el mundo.
“No olvides que es comedia nuestra vida
y teatro de farsa el mundo todo
que muda el aparato por instantes
y que todos en él somos farsantes;
acuérdate que Dios, de esta comedia
de argumento tan grande y tan difuso,
es autor que la hizo y la compuso.”
Un Descubrimiento
Hace ya algunos meses fui invitado por tercer año consecutivo a dar un Seminario en una Escuela de Negocios de España en Madrid. Diseñé con esmero mi programa de 12 horas de clases sobre Coaching y Liderazgo personal, tema que siempre he considerado de mucha importancia para cualquier directivo, pues se ha demostrado que las empresas que triunfan en el siglo XXI son aquellas que han logrado inculcar un espíritu de apertura y desarrollo personal en su plantilla de ejecutivos y colaboradores.
Cual fue mi sorpresa cuando me encontré en ese evento con una antigua colega, quien también había sido invitada como profesora a otro Programa Internacional para Directivos y le pregunté por el curso que había ido a impartir y con toda naturalidad me dijo:
_ ¡Técnicas de teatro para Directivos! Pues sí, ¿de qué te extrañas? Tú lo sabes, la dirección de empresas y el teatro tienen muchos temas en común, después de todo, en ambos casos se trata de comunicar un mensaje, de transmitir algo. La diferencia entre el actor y el ejecutivo es que el actor sabe que está actuando.
_Una respuesta interesante pero enigmática, le respondí en ese momento. A continuación, con ánimo inquisitivo, pregunté: Pero, ¿tú también actúas en todas las facetas de tu vida?
_¡Claro!, porque a veces soy jefa, a veces compañera, a veces madre, otras profesora y otras actriz. ¡Y actúo de forma distinta en cada caso!, pero todas las caras son mías por igual.»
En medio de nuestra conversación le dije: «Muchas veces cuando tiempo atrás estaba en la formación de profesores principiantes, preparando a un alumno para un role playing, y aún en sesiones de coaching, al trata el fenómeno de la comunicación efectiva, recomiendo no llenar los huecos con palabras, dar pausas y no temerle a los silencios>. Porque un silencio antes de decir algo importante crea expectativa, después fomenta la reflexión. «Les señalo que manejar las pausas es más difícil que las palabras y estas últimas conviene aprender a administrarlas bien».
Mi interlocutora casi no me dejó terminar la frase y me respondió a bote pronto:
«Pues estás enseñando actuación teatral».
Luego supe, para mi sorpresa, que en otras Escuelas de Negocio mi amiga daba un curso dirigido a altos ejecutivos, que era muy popular y con frecuencia había sido el primero en cerrar inscripciones por exceso de participantes: “Técnicas de actuación para Directivos ”.
Cual fue mi sorpresa cuando me encontré en ese evento con una antigua colega, quien también había sido invitada como profesora a otro Programa Internacional para Directivos y le pregunté por el curso que había ido a impartir y con toda naturalidad me dijo:
_ ¡Técnicas de teatro para Directivos! Pues sí, ¿de qué te extrañas? Tú lo sabes, la dirección de empresas y el teatro tienen muchos temas en común, después de todo, en ambos casos se trata de comunicar un mensaje, de transmitir algo. La diferencia entre el actor y el ejecutivo es que el actor sabe que está actuando.
_Una respuesta interesante pero enigmática, le respondí en ese momento. A continuación, con ánimo inquisitivo, pregunté: Pero, ¿tú también actúas en todas las facetas de tu vida?
_¡Claro!, porque a veces soy jefa, a veces compañera, a veces madre, otras profesora y otras actriz. ¡Y actúo de forma distinta en cada caso!, pero todas las caras son mías por igual.»
En medio de nuestra conversación le dije: «Muchas veces cuando tiempo atrás estaba en la formación de profesores principiantes, preparando a un alumno para un role playing, y aún en sesiones de coaching, al trata el fenómeno de la comunicación efectiva, recomiendo no llenar los huecos con palabras, dar pausas y no temerle a los silencios>. Porque un silencio antes de decir algo importante crea expectativa, después fomenta la reflexión. «Les señalo que manejar las pausas es más difícil que las palabras y estas últimas conviene aprender a administrarlas bien».
Mi interlocutora casi no me dejó terminar la frase y me respondió a bote pronto:
«Pues estás enseñando actuación teatral».
Luego supe, para mi sorpresa, que en otras Escuelas de Negocio mi amiga daba un curso dirigido a altos ejecutivos, que era muy popular y con frecuencia había sido el primero en cerrar inscripciones por exceso de participantes: “Técnicas de actuación para Directivos ”.
Aquella conversación me dejó inquieto. Luego se presentaron oportunidades que no esperaba que se dieran tan rápido. En la Escuela[3] donde trabajo organizaron en Sevilla un Seminario para la formación de profesores en Técnicas Teatrales, como facilitadoras para impartir el Método del Caso a los participantes. Fantástico. Allí conocí a Alberto[4], un lujo de facilitador y maestro de la interpretación.
Este domingo, en Madrid y el Estudio de Teatro de Juan Carlos Corazza, luego de dos fines de semana consecutivos, terminé un Seminario de Actuación que se llamó “Teatro para ejecutivos y otras profesiones”, una nueva oportunidad que se me había abierto por delante y no quise dejar de aprovechar. Alberto había hecho las invitaciones y todo estaba preparado al fin para meternos en el mundo de la interpretación. Creo que con el grupo que formamos[5] hemos comenzado a palpar lo que ya decía hace más de cuatro siglos el dramaturgo “La improvisación es la piedra de toque del ingenio, de la creatividad” [6].
Hemos vuelto a comprobar que, salvando las distancias, el aprendizaje es un proceso de ósmosis[7] por incitación de lo que hay adentro y por absorción de lo de afuera. Pero ha de ser tenaz, continuado, creativo, alegre. En casa, en la profesión, con los iguales, con los colaboradores, con los hijos, con los amigos. Un aprendizaje es algo siempre vivo, entusiasta, apasionado, desde el principio al fin. Aprender es una delicia que debe ser incentivada desde el aspecto lúdico, desde la curiosidad intelectual. Habría que “enseñar a aprender” o al menos deberíamos “aprender a aprender”, porque hay que saber perder el tiempo –como una inversión- para poder trabajar grupalmente, con autonomía y responsabilidad, generando expectativas positivas, debatiendo ideas desde el respeto y la empatía, consensuar criterios . Estos cuatro días bajo la tutela adulta de un verdadero maestro hemos salido estimulados a seguir construyendo responsablemente nuestra vida intentando compaginar las obligaciones con el gusto por el aprendizaje.
[1] Auto sacramental alegórico de Pedro Calderón de la Barca. Fue publicado en 1655 y escrito probablemente en la década de 1630. Es el auto sacramental más famoso de Calderón.[2] Francisco Gómez de Quevedo. Madrid (1580-1645)
[3] Instituto Internacional San Telmo. Escuela de Negocios de Sevilla y Málaga. España
[4] Alberto López-Murtra. Profesor de Interpretación.. Actor formado en Barcelona. con Nancy Tuñón, Txiqui Berraondo y Manuel Lillo y en Madrid en el Estudio Corazza. Formado también en canto lírico y musical con distintos maestros. Desde muy joven desarrolla su carrera profesional trabajando en teatro, cine y televisión en España, en Francia y en EEUU.
[5] Aprovecho para agradecerles a todos y a cada uno de ellos por su entrega, paciencia y dedicación. Sin dejar de lado el humor, la humildad y la valentía de meterse por caminos desconocidos de la propia razón y la emocionalidad. Ellos son: Ángela, Chus, Flor, Jesús, Mónica, Paula, Pedro y “la rumana MJ”, llevados por un maestro como Alberto.[6] William Shakespeare. (1564-1616)
[7] Fenómeno biológico importante para la fisiología celular de los seres vivos. Tal comportamiento entraña una difusión simple del agua, a través de una membrana semipermeable sin "gasto de energía".
Comentarios
Comparto con tu antigua colega la idea de que, en nuestras diferentes facetas de la vida, representamos personajes pero que en ellos está presente siempre nuestra esencia.
Rescato lo valioso de desarrollar nuestros “personajes”, respetando siempre nuestra esencia, ideas, valores y seindo humildes; no permitiendo que el personaje nos domine, sino que seamos nosotros los que nos pongamos su traje cuando lo necesitemos.
Un grán abrazo
Juan
Un gusto poder seguir leyéndote y seguir aprendiendo! Muchas gracias por tus prolíficos esfuerzos por verter tu alma en este blog!
Los que todavía no somos directivos (y no sabemos si algún día lo seremos, las dudas asaltan con frecuencia) y que nos queda tanto por aprender de la vida y de los negocios, parece como que estamos siempre a la expectativa de que algo suceda, de que haya movimientos en la empresa que faciliten nuestro camino a esos despachos y a esos puestos. No somos capaces de darnos cuenta de que en la mayoría de las ocasiones el cambio lo debemos provocar nosotros. Y para eso hay que creerse y vivir con autenticidad ese papel que nos ha tocado en el teatro de la empresa, de nuestra familia, de nuestra formación...
Para esto es necesario aprender y el hombre, mientras no se demuestre lo contrario, aprende por prueba-error. La deducción es evidente: Muchos errores=mayor aprendizaje.
Seguiré tus consejos de manejar mejor las pausas que las palabras. Por eso termino...
Un fuerte abrazo
Sabes si tu colega está desarrollando o piensa desarrollar ese seminario en ARgentina?
Estoy sumamente interesado.
Abrazo.
Como dice Calderon , la vida es sueño…y los sueños, sueños son..
Willian Walacce, dice en el campo de batalla: “Nos podrán quitarnos la vida..pero nunca nos quitaran la libertad.”
Hace dos años tuve el honor de estar una semana en Edimburgo, fui a ver a mi querido Sevilla ver ganar la UEFA ( La vida es sueño y los sueños..sueños son), me escape un dia a Stirling, la cuna de W.W, puede observar como ese pueblo lleva siglos soñando con el y su legado rodea y llena a su gente. La gente piensa que es libre sin serlo, porque la libertad se lleva dentro y se siente. ( La vida es sueño y los sueños..sueños son
El teatro de los sueños, vivimos en un teatro donde somos actores, depende de la situación somos protagonistas, secundarios o extras, el problema reside en aceptar lo que somos, ese el problema. Que papel jugamos y que papel queremos jugar, estamos preparados para jugar a lo grande o nos los creemos, “ LA SOBERBIA” ( es el pecado capital que mas le gusta al lado oscuro de la fuerza)
Los papeles se sienten , no hace falta actuar para ser un gran actor, hay que trasmitir y sentir...la gente de Stirling es libre y escocesa…no hace falta que un papel diga que lo son..ellos ya lo son
La Soberbia
No entregues tu alma a la soberbia y no tendrás fantasías terribles. El alma del soberbio es abandonada por Dios y se convierte en objeto de maligna alegría de los demonios. De noche se imagina manadas de bestias que lo asaltan y de día se ve alterado por pensamientos de vileza. Cuando duerme, fácilmente se sobresalta y cuando vela los asusta la sombra de un pájaro. El susurrar de las copas de los árboles aterroriza al soberbio y el sonido del agua destroza su alma. Aquel que efectivamente se ha opuesto a Dios rechazando su ayuda, se ve después asustado por vulgares fantasmas.
Capítulo XVIII
La soberbia precipitó al arcángel del cielo y como un rayo los hizo estrellarse sobre la tierra.
La humildad en cambio conduce al hombre hacia el cielo y lo prepara para formar parte del coro de los ángeles.
¿De qué te enorgulleces oh hombre, cuando por naturaleza eres barro y podredumbre y por qué te elevas sobre las nubes?
Contempla tu naturaleza porque eres tierra y ceniza y dentro de poco volverás al polvo, ahora soberbio y dentro de poco gusano.
¿Para qué elevas la cabeza que dentro de poco se marchitará?
Grande es el hombre socorrido por Dios; una vez abandonado reconoció la debilidad de la naturaleza. No posees nada que no hayas recibido de Dios, no desprecies, por tanto, al Creador.
Dios te socorre, no rechaces al benefactor. Haz llegado a la cumbre de tu condición, pero él te ha guiado; haz actuado rectamente según la virtud y él te ha conducido. Glorifica a quien te ha elevado para permanecer seguro en las alturas; reconoce a aquel que tiene tus mismos orígenes porque la sustancia es la misma y no rechaces por jactancia esta parentela.
¡Cuánto necesitamos aprender a ,siendo nosotros, actuar en las distintas facetas de la vida!
Admiro a compañeros que se acaloran en el desarrollo de su trabajo, se implican y luego ese calor, esa pasión se queda donde se acaba el personaje que son en el trabajo. Los observo, veo que no dejan de ser buenos profesionales por ello.
Disculpa que hable sobre mí, pero me pregunto qué miedos son los aprendidos para que determinadas cosas me den vergüenza o me hagan sentir falsa.
Ya sabes Marcelo, acabo de acabar un Máster (ya sé que suena redundante) Y me pregunto muchas cosas -la pregunta -y enlazo con tu entrada de 25 de septiembre. Nunca le he dedicado tiempo a preguntarme, nunca le he dedicado tiempo a aprender preguntándome.
Me encantaría participar en un taller de teatro como el que comentas. Espero que nos sigas comentando.
Un abrazo enorme a todos,
Virginia
Esta vez voy a discrepar. Creo que los papeles (padre, amigo, directivo, deportista)...no son más que contextos en los que aplicas tu forma de ser, tus valores, actitudes y aptitudes...
La persona íntegra lo será en todas esa facetas, y la persona corrupta lo será también en todos los aspectos de su vida.
Otra cosa es, siguiendo con un post tuyo anterior, es si no nos quitamos la máscara (la persona del teatro clásico) para actuar en la vida...
Un abrazo,
K.
No puedo estar más de acuerdo... quizás no se entendió bien alguna frase (cosas de mi falta de idioma español), pero mira lo que pone un Blogger argentino en su comentario al mismo post, se llama Juan y yo pienso como él y como tú...
"Comparto con tu antigua colega la idea de que, en nuestras diferentes facetas de la vida, representamos personajes pero que en ellos está presente siempre nuestra esencia.
Rescato lo valioso de desarrollar nuestros “personajes”, respetando siempre nuestra esencia, ideas, valores y siendo humildes; no permitiendo que el personaje nos domine, sino que seamos nosotros los que nos pongamos su traje cuando lo necesitemos."
Estamos de acuerdo ? quizás todavía no... y eso es lo bueno también, saber disentir.
Gracias
Entiendo claramente tu postura, pero ya que Marcelo citó un mensaje que dejé hace unos días en el Blog, te pido me permitas tratar de explicarte mi visión del asunto.
Hay personas, entre las que me incluyo, que tienen cierto grado de introversión. Es decir, nos cuesta más trabajo desarrollar determinadas actividades que a personas mas extrovertidas les resultan naturales o muy simples. Por ejemplo, una disertación en público. En esos casos, podemos recurrir a la actuación para poder llevar adelante una tarea, que de otra forma nos podría ser muy difícil.
La idea de la actuación, los personajes y los trajes, apunta más a las formas que a los contenidos. Son una herramienta, una ayuda que algunas personas necesitamos en ciertas situaciones que naturalmente no se nos dan bien. Pero de ninguna manera quiere decir que yo cambie mi forma de pensar o que mis valores sean otros por que estoy “actuando”. De nuevo, la actuación solo me está ayudando a transmitir mis pensamientos de una manera que me permita ser claro y lograr el entendimiento de los demás. Es una herramienta, una habilidad que debí desarrollar para superar un obstáculo.
Respecto a la introversión y extroversión, Marcelo puede enseñarnos mucho. Es más, te pido Marcelo si en futuros Post podrías abordar este tema, que para mí es apasionante.
Un abrazo y espero haber sido lo suficientemente claro.
Juan
Muchas gracias por tus post...ha quedado todo claro...
Ciertamente, bajo tu forma de verlo, "actuar" es una aptitud más...y no una actitud. Interesante concepto que, debido también a mi timidez, intenraré desarrollar convenientemente.
Un abrazo
José Luis