La esquiva Felicidad (I)

por Marcelo Vázquez Avila

Fluir (flow)
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Hace veintitrés siglos, Aristóteles llegó a la conclusión de que lo que buscamos los hombres y mujeres, más que cualquier cosa es la felicidad. Mientras que deseamos la felicidad por sí misma, cualquier otra meta la valoramos únicamente porque esperamos que nos haga felices. Muchas cosas han cambiado desde el tiempo de Aristóteles, sin embargo sobre este tema poco ha cambiado en los siglos que han transcurrido. Hoy no sabemos más acerca de la felicidad de lo que sabía Aristóteles y respecto a cómo obtenerla, casi podríamos decir que no hemos realizado ningún progreso.

Durante más de 20 años Csikszentmihalyi se ha dedicado al estudio de los estados de experiencia óptima, esos momentos en los que uno se siente poseído por un profundo sentimiento de gozo creativo, de concentración activa, de completa absorción en aquello que se está haciendo. Como resultado de sus investigaciones, explica que el meollo de la experiencia óptima es un estado de conciencia al que denomina flow es decir “fluir”.

A finales de la década de los 90, Mihaly Csikszentmihalyi presentó en sociedad este  nuevo concepto revolucionario para el mundo de la psicología positiva y la felicidad: El estado de fluidez. El libro arranca del supuesto de que todo el mundo tiene, alguna vez en su vida, una “experiencia óptima“. Si somos capaces de reconocer sus características seremos capaces también de encontrarnos con experiencias de ese tipo más veces a lo largo de nuestro día a día, lo que nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida.

Esas experiencias óptimas generan en nosotros un estado (flujo) en el que nos encontramos completamente absortos en esa actividad para nuestro propio placer y disfrute, durante el cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa. Todo el ser está envuelto en esta actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo. Esas actividades no son acciones demasiado complejas. No. Se trata de actividades cotidianas que vienen marcadas por algunas de estas características:
- Se producen cuando encaramos desafíos que podemos asumir.
- Estamos absolutamente concentrados en la actividad.
- Hay metas claras que conseguir, y las conseguimos.
- Nos parece que estamos superando el reto con sorprendente facilidad.
- Nos despreocupamos de los riesgos o peligros que la actividad conlleva.
- Perdemos la noción de nosotros mismos y el sentido de la duración del tiempo se altera.
- La actividad viene a constituir un fin en sí misma.
- Sentimos la euforia del triunfo.


En el momento de fluir no es que seamos felices, porque estamos centrados en la actividad que realizamos. Es al terminar la tarea cuando mirando hacia atrás y considerando lo que sucedió nos vemos inundados por la plenitud de esa experiencia. El flujo no es la felicidad, pero no se puede ser feliz sin experiencias de flujo.

Mihaly  nos instará a disfrutar todo lo que podamos, tanto en nuestra vida personal como en la profesional, porque todo lo que nos rodea (familia, las organizaciones en las que trabajamos...) se beneficiarán de ello. En el trabajo, no podemos estar en flujo durante toda la jornada, pero la actividad nos resulta, en general, gratificante mientras nos produzca suficientes momentos de fluidez.
Dado que todo el mundo tiene, al menos alguna vez, una “experiencia óptima” se trata de reconocer sus características y potenciar este sentimiento de fuerza, en el que el tiempo parece desaparecer y con él los conflictos emocionales.

Se trata de aprender a ser creativos y alcanzar una genuina calidad de vida. La felicidad no  es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o el azar. No parece depender de acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos. De hecho la felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente.

Las personas que logran conducir sus propias experiencias,
son capaces de determinar su calidad de vida, eso parece estar
lo más cerca que se puede de estar felices.

Comentarios

Leandro Cino ha dicho que…
Excelente articulo! Casualmente ayer a la noche charlaba con unos cuantos Argentinos que estan buscandose la vida aqui en Madrid de que trata la felicidad. La verdad que la conversacion no nos llevo a ningun lado... pero si hizo que hoy leyera tu articulo. Muy bueno.
Hay algo que no se si estoy 100% de acuerdo en el articulo, o quizas no lo entiendo bien.
Mencionas: ..."En el momento de fluir no es que seamos felices, porque estamos centrados en la actividad que realizamos. Es al terminar la tarea cuando mirando hacia atrás y considerando lo que sucedió nos vemos inundados por la plenitud de esa experiencia. El flujo no es la felicidad, pero no se puede ser feliz sin experiencias de flujo..."
Mi pregunta es... en ese momento en el que estamos fluyendo... quizas en el medio de la actividad... y nos damos cuenta que estamos ahi, en ese momento... no hay una especie de felicidad? Al tomar conciencia de que estamos en esa actividad (fluyendo como lo mencionas) es posible que tomemos conciencia de la felicidad?
En fin... muy bueno el articulo!

Leandro
MARCELO VAZQUEZ AVILA ha dicho que…
Querido Leandro: Tienes toda la razón, lo que ocurre es que muchas veces no tenemos conciencia de felicidad en esos momentos (todavía) durante ese fluir hay que aprovechar lo que hay... ¿estás en Madrid?
Alejandro ha dicho que…
Leandro, me gusta el punto de vista y coincido con lo expresado, la Felicidad nunca es completa, siempre es especial en algunas cosas de nuestro días, luego continuamos con las rutinas, del trabajo, las obligaciones y si vemos hacia atrás, vemos felicidad, en algunas cosas, a veces en ninguna.
A mi me pasa que soy feliz en mi familia, mi pareja, mis hijos, salgo de ello y habro mi campo visual, de noticias, del trabajo de las tareas diarias y ya no estoy tan feliz, al menos es lo que me pasa.
Abrazo desde la Argentina, fuerza y a seguir, quizás logremos tener mas felicidad en nuestro camino!!!!!!!!!!! es el deseo de todos seguramente
Administrador ha dicho que…
Excelente e interesantísimo tu artículo! Me hizo rememorar una situación de flujo de hace mucho tiempo. En rigor puedo decirte que se trata de reediciones de "un momento de fluir". Es que cuando sos feliz, cuando tomas conciencia de ese o esos momentos de fluir y de la felicidad que te produce, puedes revivirlo con toda la potencia de tu recordar. Una y otra vez...
El lunes anterior se cumplieron 76 años del casamiento de los viejos y, casualmente, llegaron a mis manos unos versos de ese extraordinario poeta castellano que es Antonio Machado: "...Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas" (cfr."Proverbios y cantares"). Inmediatamente los recuerdos "fluyeron" a las enseñanzas de los viejos... Un montón de recuerdos acudieron en maravilloso tropel a mi memoria y generaron -una vez más- una acción de gracias por los criterios recibidos a lo largo de los años para mostrarnos un camino para mi vida. Qué felicidad!, no te parece?

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